Es innegable que la tecnología ha cambiado nuestra forma de vivir, trabajar y relacionarnos.
A lo largo de la historia las innovaciones tecnológicas han ido transformando completamente nuestra sociedad, y especialmente en las últimas décadas han evolucionado y continúan expandiéndose a un ritmo vertiginoso.
No hay un solo aspecto de nuestra vida que la tecnología no haya trastocado de una u otra forma. El impacto y la transformación social no se quedan fuera de la ecuación; de hecho son algunos de los aspectos que, con los esfuerzos e inversión apropiados, podrían transformar de manera significativa y positiva la vida de las personas.
Existen 3 tecnologías muy interesantes que particularmente pueden revolucionar el impacto social:
Blockchain:
La tecnología blockchain permite la creación de registros inmutables y transparentes; se utiliza para crear cadenas de bloques que son resistentes a la manipulación y al fraude. Esta tecnología se está utilizando cada vez más para abordar los problemas sociales, especialmente en áreas como la transparencia y la rendición de cuentas.
Tiene el potencial de transformar los programas y proyectos sociales al garantizar la transparencia, la eficiencia, la inclusión financiera y la seguridad, además los registros blockchain pueden ser utilizados para realizar un seguimiento de los datos de impacto, lo que permite a las organizaciones rastrear y verificar los resultados de sus esfuerzos de manera precisa y confiable.
A medida que esta tecnología continúa evolucionando, es muy probable que veamos más y más organizaciones sociales aprovechar sus beneficios para mejorar la vida de las personas en todo el mundo.
Inteligencia artificial:
Con su capacidad para aprender y mejorar de manera autónoma, la IA tiene el potencial de cambiar fundamentalmente la forma en que las organizaciones sociales abordan los problemas más complejos.
Su amplia gama de capacidades la convierten en una tecnología con aplicaciones impresionantes; desde su capacidad para procesar y analizar grandes cantidades de datos y detectar patrones que de otra manera podrían pasar desapercibidos, hasta la de “razonar” y resolver problemas complejos analizando múltiples variables y tomando decisiones en función de los datos disponibles.
Esta tecnología podría por ejemplo ayudar a las organizaciones a analizar datos de impacto y encontrar oportunidades para mejorar sus prácticas; o podría aplicarse en ciudades a través de la identificación de patrones en el comportamiento delictivo o incluso en la industria para mejorar la eficiencia de la cadena de suministro y el reciclaje de materiales promoviendo una economía circular.
Realidad virtual:
La RV es una tecnología que permite a los usuarios sumergirse en mundos virtuales y que además poco a poco está transformando la forma en que experimentamos el mundo; desde la educación hasta la salud mental, pasando incluso por la conciencia social.
Por ejemplo, la RV se está utilizando para crear simulaciones de desastres naturales y de situaciones de emergencia, que permiten a las personas experimentar de forma segura situaciones peligrosas y aprender cómo reaccionar en caso de emergencia.
Otra aplicación interesante está relacionada con la sensibilización sobre cuestiones sociales, como la pobreza, la discriminación y la falta de acceso a servicios básicos; lo que permite crear conciencia sobre temas sociales importantes.
William Gibson, el escritor de ciencia ficción, alguna vez dijo: «El futuro ya está aquí, solo que no está distribuido equitativamente«. Esta frase encierra una gran verdad sobre la forma en que funciona el mundo. Es importante comprender que el futuro es una construcción continua. Cada avance tecnológico, cada nueva idea, cada cambio cultural es una pequeña parte del futuro que estamos construyendo hoy.
Desafortunadamente y como bien dice Gibson, este futuro no está distribuido equitativamente. Algunas personas tienen acceso a la tecnología más avanzada, las mejores oportunidades de educación y los recursos más abundantes, mientras otros luchan por satisfacer sus necesidades básicas, carecen de oportunidades y están excluidos de los beneficios del progreso.
Es entonces cada vez más relevante y necesario encontrar formas de asegurarnos de que todos tengan la oportunidad de beneficiarse del futuro que estamos construyendo, debemos trabajar juntos para encontrar soluciones donde la innovación tecnológica propulse el cambio y el impacto social hacia un futuro sostenible y justo, distribuido equitativamente.