Patrimonio Cultural y Comunidad

Escrito por Mirelle Mendoza

Todos tenemos una historia que nace a partir de una serie de experiencias, momentos y recuerdos que le dan sentido a quienes somos, forjando poco a poco nuestra identidad como individuos. El pasado es parte de nosotros tanto como el presente que vivimos y el futuro que visualizamos.

Por mucho tiempo, busqué entender el concepto de patrimonio cultural más allá de lo que los libros, instituciones y las antiguas visiones me pudieran decir. Y así, me topé con la necesidad de reconocer el patrimonio, no sólo desde la historia y la cultura, sino a través de lo colectivo, de su interacción con las comunidades y su entorno inmediato.

En 2014, la UNESCO publicó su manual metodológico de Indicadores de Cultura para el Desarrollo, donde se reconoce una visión de patrimonio cultural mucho más integral, definiéndolo como esencial para promover la paz y el desarrollo social, ambiental y económico sostenible. El patrimonio cultural dejó de coexistir en una dimensión donde únicamente se reconoce su importancia a nivel cultural, y pasa a ser un elemento detonador de desarrollo social.

La importancia de entender el patrimonio cultural desde una visión de desarrollo, nos abre las puertas a trabajar de la mano de las comunidades para reconocer un pasado colectivo que les ha llevado a este momento.

El patrimonio cultural no existe sin las manos, las voces, la creatividad y la emoción de las personas que lo crearon, que le dieron vida y significado.

Como herederos de ese legado, nos toca reconocerlo como nuestro y protegerlo para un futuro.

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Desde 2017, hemos trabajado de la mano de Fundación Beckmann A.C para lograr el reconocimiento de la comunidad de la región de Tequila, Jalisco como principales impulsores y protectores de la riqueza patrimonial que en ésta habita. Considerando que Tequila es un pueblo altamente turístico debido a la denominación de origen de la bebida, el primer reto al que nos enfrentamos es reconocer que su historia y su patrimonio tiene muchas otras líneas que es importante reconocer; el primer paso, trabajar con distintos actores de la comunidad para que se reconozcan a sí mismos como pieza esencial del proceso y de la historia de la región. A través del diseño y producción de eventos enfocados en visibilizar el patrimonio cultural y natural del territorio, se ha buscado despertar en la comunidad, y de manera paralela en el turista, un sentido de pertenencia y apropiación de esas otras expresiones y bienes patrimoniales que también han sido pilar dentro de la historia de Tequila.

Un ejemplo de ello, ha sido De Fogones y Metates, que en sus dos ediciones (2017 y 2018) hemos tenido la oportunidad de conocer el patrimonio gastronómico que representa a la región desde su cocina tradicional. Entre sabores, aromas e ingredientes provenientes de productos endémicos, conectamos con aquellas cocineras y productores que forman parte de la comunidad de Tequila y que nos comparten sus conocimientos e historias de vida. Con estas jornadas gastronómicas, no sólo nos enfocamos en la difusión de la cocina tradicional, sino que también buscamos hacer visibles a quienes la han preservado al paso del tiempo, al mismo tiempo que generamos un espacio de convivencia e intercambio entre ellas y ellos.

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El reto continúa, trabajando junto a la comunidad para lograr que se convierta en principal partícipe de la conservación, difusión y promoción del patrimonio cultural, reconociéndose a sí mismos como parte de. Eventualmente, esperamos que este auto reconocimiento desemboque en que lleguen a convertirse en agentes generadores de turismo naranja, llevando a cabo prácticas responsables y sostenibles bajo modelos económicos sustentables, que garanticen la transmisión de la herencia cultural del pasado.

Al final, en el patrimonio cultural se depositan muchas de las claves que nos permiten re-imaginar el pasado para descifrar nuestra identidad colectiva; está en nosotros reconocerlo, cuidarlo y valorarlo para continuar escribiendo la historia.